Tres vocales metálicas. Ése ha sido el primer sonido inteligible que ha emitido un hombre con el llamado síndrome de enclaustramiento, un daño neuronal que hace que la persona esté completamente inmovilizada (a veces sólo puede parpadear), pero con plenas facultades mentales. Para ello han usado un microchip insertado en su cerebro, que recoge la actividad eléctrica que se produce en su interior cuando piensa en las letras y las transmite al exterior, donde un procesador de voz las transforma.
El trabajo, que ha sido publicado en la edición digital de Nature, no da datos acerca del hombre, su edad ni el motivo de su estado. Se sabe el nombre del director del equipo científico, Frank Günther, y que éste trabaja en la Universidad de Boston (Massachusetts).
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