A una elefanta tailandesa de 48 años le fue implantada una pata artificial, diez años después de que perdiera la suya al pisar una mina.
Motola ingresó en un hospital para elefantes el sábado y al día siguiente los expertos le colocaron su nueva pata ortopédica.
Según informó la agencia de noticias Associated Press, hasta ese momento, el animal estuvo caminando con la ayuda de una pata artificial hecha de trapo.
Motola fue herida en 1999 mientras trabajaba en una explotación maderera en la frontera entre Tailandia y Birmania. Su pata izquierda delantera quedó gravemente dañada y tuvo que ser amputada.
Finalmente, la pata artificial que se le implantó fue fabricada por la Fundación Prótesis.
Motola y otro elefante de tres años, Mosha, estaban bajo los cuidados de una hospital de elefantes gestionado por la asociación de Amigos de los Elefantes Asiáticos (FAE por sus siglas en inglés).
Mosha es mucho más joven que Motola y perdió parte de su pata derecha delantera cuando sólo tenía siete meses.
Como está creciendo muy rápido, ya se le quedaron pequeñas tres patas artificiales.
La frontera entre Tailandia, Camboya y Birmania está sembrada de minas terrestres sin explotar, consecuencia de décadas de conflicto armado.
La FAE asegura que cada año muchos elefantes, a menudo los ejemplares domesticados que se utilizan para el comercio de madera, resultan heridos por la explosión de minas mientras trabajan en los alrededores de la frontera.
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