Lynsey Scott, quien sufría fibrosis cística, recibió en febrero de 2009 un trasplante doble de pulmón de un donante que fumó durante 30 años. Scott murió en julio de neumonía.
Chris Rudge, el encargado principal de trasplantes en Gran Bretaña, defendió la decisión y dijo que los pacientes deberían ser informados de que no van a recibir un órgano ``totalmente nuevo''. Rudge dijo a la BBC que los ``pulmones de un fumador pueden estar funcionando de forma perfectamente normal''.
La familia de Scott ha pedido que los pacientes reciban más información sobre donantes antes de aceptar un trasplante.
Fuente: Periódico Hoy
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