Cirujanos cardiovasculares están utilizando una técnica de frío extremo que les permite detener el corazón del paciente para someterlo a una cirugía y posteriormente resucitarlo.
La arriesgada técnica está siendo perfeccionada por los especialistas del Hospital New Haven de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Se trata de someter la paciente a una hipotermia inducida para enfriar el cuerpo de su temperatura normal de 37ºC a sólo 18ºC.
Esto permite al cirujano superar las dificultades de operar en un corazón con latidos. Porque el paciente, explican los médicos, queda en un estado similar a alguien que ha muerto.
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