Curiosa condena la que un juez de Estados Unidos impone a los jóvenes que escuchan música a todo volumen sin tener en cuenta al vecindario.
Les obliga a oír, también a volumen muy elevado, música que no les gusta durante una hora al día.
Desde la aplicación de esta sentencia, los jóvenes se lo piensan más a la hora de disfrutar escuchando música en casa.
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